miércoles, 16 de febrero de 2005

Mi versión española preferida y explicación del autor

La mejor versión en español, en mi opinión, de entre las que he podido ver:

Marcha, plácido el paso, entre el ruido y la prisa. Recuerda cuánta paz puede haber en el silencio. Esfuérzate al máximo por vivir en buenos términos con toda clase de personas, pero sin sumisión. Di tu verdad pacífica y claramente y escucha a los otros, incluso al pesado e ignorante: ellos tienen también su propia historia. Evita a las personas ruidosas y agresivas porque ellas son vejaciones para el espíritu. Si a ti mismo te comparas con los demás, puede que te vuelvas o vano o amargo; pues siempre habrá personas mejores o peores que tú. Alégrate de tus logros lo mismo que de tus planes. Mantente interesado en tu propio devenir por humilde que este sea; es una posesión real frente a la fortuna inconstante del tiempo. Ejerce con precaución tus asuntos diarios; pues el mundo está lleno de malicia. Pero cuida que esto no te ciegue e impida ver dónde se encuentra la virtud; muchas personas luchan por ideales elevados y por doquier la vida está llena de heroísmo. Sé tú mismo. Sobre todo no finjas afecto. Ni te muestres cínico respecto al amor, porque frente a toda aridez y desencanto, el amor es perenne como la hierba. Toma consejo de los años y rinde con elegancia las cosas propias de la juventud. Alimenta la fuerza de tu espíritu para protegerte de la desgracia súbita. Pero no te atormentes con imaginaciones. Muchos temores nacen de la fatiga y de la soledad. Más que una disciplina a ultranza importa que seas gentil contigo mismo. Tú eres una criatura del universo lo mismo que los árboles y las estrellas; es tu derecho hallarte aquí. Y aunque te parezca claro o no, no dudes de que el universo nos ampara celosamente. Por tanto, vive en paz con Dios, como tú lo concibas, y mantente en paz con tu alma, cualesquiera que sean tus trabajos y aspiraciones, en el ajetreo de la vida. El mundo sigue siendo hermoso, a pesar de su falsedad, dureza y sueños rotos. Vive alerta. Lucha por ser feliz.

Baltimore, 1692. Iglesia de san Pablo, siglo XVII.

La datación de arriba ha resultado ser errónea. El texto tiene un título latino: "Desiderata", y fue escrito en 1927 por Max Ehrmann (1872-1945), abogado y filósofo de Harvard y publicado en 1948, después de su muerte, por su viuda, en el libro "Los poemas de Max Ehrman".

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