La "Agni", sin comentarios.

Los dibujos, para los jóvenes que no los conozcan, son de Gila.

Ésta es la "Minerva" a la que se refiere el lema de Miguel

Una máquina de imprimir. Claro que no sólo ha servido el nombre de la diosa romana para esta máquina, sino para otras varias de artes gráficas e incluso de otras artes.

Es curioso esto de los nombres de los dioses en la industria. Me viene a la memoria ahora un producto de consumo en otros tiempos que supongo ya no existe: las estufas "Agni". Se trata de un dios del fuego oriental.

Y también había una máquina de coser, sigma, que debe su nombre a dicha letra griega que por otra parte representa una notación matemática y en la actualidad es marca comercial de cámaras digitales y otras varias empresas diversas nacionales y extranjeras. En fin, se va uno haciendo mayor y tiende a contar batallitas. Me veo obligado a publicar un anuncio de la Agni.

Minerva

Hace tanto tiempo que conozco el Círculo de Bellas Artes que ya ni lo recuerdo. Su revista, antes mensual, se llama "Minerva". Cuando tenga un horario más desahogado, espero ir a pintar desnudos del natural. Es algo que no he hecho mucho y con lo que se puede aprender y disfrutar enormemente. Algunos cuadros míos pueden verse en:

http://personales.ya.com/ildefonsodiaz

Y ¡Feliz 2006 a todos!

Premio de Encuadernación Artística "Miguel de Cervantes"

El premio de encuadernación clásica le ha correspondido a Luis Miguel Fernández Legazpi "Minerva". Como aún no he hablado con mi maestro de encuadernación, pues de él se trata, no sé si Minerva es su lema o el lema de esta encuadernación. De lo que no cabe duda es de que es una coincidencia que la esfinge de esta Atenea romana, patrona de las Artes y Oficios, la lleve yo en la solapa de mi chaquetón. Las características de esta encuadernación pueden verse con todo detalle en el catálogo de la exposición realizada hasta el próximo 19 de marzo en el Museo Cerralbo de Madrid.

Por fin terminé mis apuntes de encuadernación.

La encuadernación requiere tiempo y gran afición y, sobre todo, mucha dedicación. Estoy viendo que me estoy empezando a aficionar, pero tengo claro que mi prioridad es mi gran libro. Y en eso estoy. Pero, volviendo al tema de la encuadernación, es mejor ir por pasos y aprender el lenguaje profesional desde el principio para no andar perdiendo tiempo. Porque esto del aprendizaje del oficio de la encuadernación tiene también su propia liturgia.

De momento, he encuadernado ya tres libros, el primero en guáflex, el segundo en tela y el tercero a toda piel. Tengo en el taller dos libros más preparados para encuadernar, pero ahora he de ocuparme de buscar media piel que tengo extraviada. No es cuestión de ir tirando el dinero. Cuando tenga suficientes libros encuadernados, me apuntaré a un curso de dorado y gofrado.

Bueno, no quiero excederme con el tema de la encuadernación pues volveré sobre él. De lo que quiero dejar constancia es de que ya estoy pergeñando la redacción de mi gran libro. Y también de que tengo trabajo para un año más en la Biblioteca Nacional.