jueves, 22 de mayo de 2008


Estas botitas bañadas en broncve y finalmente en oro pertenecieron a mi hija Angi. Ahora, tal como están ya no pueden servirle a su hijo Eduardo, mi maravilloso nieto Edu. Me hacen olvidar la canción de Aute de la entrada anterior y las noticias de crisis económica y social que me la han evocado. Las botitas dan paso a una gran noticia. He decidido utilizar la letra gótica únicamente cuando la miniatura la merezca. Así, el trabajo se acelerará enormemente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Qué bonito detalle el de las botitas! Me parece un recuerdo precioso de la infancia de Angy.

S.S.