Aquí ya se ve la chapuza. Pero tampoco se trata de darse latigazos. Sé que tiene arreglo, pero no me gustaría volver a equivocarme; aunque, con 25.991 (veinticinco mil novecientas noventa y una) palabras lo raro será que no me equivoque con cierta frecuencia.
He colocado esta fotografía porque se ven perfectamente los filos de las cuchillas y cómo la que compré recientemente es la adecuada. De crío usaba hojas "Palmera" para estos menesteres. Ahora voy a ver si encuentro el nombre que todo el mundo le da a esas cuchillas y que no sé si he acertado a escribir correctamente en mi entrada anterior.
4 comentarios:
Hola, ánimo con la elaboración de ese libro. Espero poder verlo ya terminado.
Saludos desde Managua, Nicaragua.
Melba
Muchas gracias, melba, por tu amabilidad. Es alentador ver que hay gente maja por el mundo que te ayuda a seguir en tu empeño.
Haces honor al refrán, Ildefonso :
"Hasta el mejor escribano hace un borrón"
Entre las 26.000 palabras ni se notará; además...¿es que uno no puede ni estornudar?
Pues no es el único. Hace poco he escrito vergüenza sin diéresis, de manera que ya me aplico el refrán, ya. Me viene muy bien darme cuenta de que me equivoco y no pasa nada, y encontrar a gente como tú que me disculpa.
Voy a trabajar en mi segundo párrafo.
Gracias por tu comentario. Muchas gracias.
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