
Esto es lo que se llama trabajar a sentimiento. Creo que, en este caso, la decisión está además tomada con la cabeza. En fin, que Dios reparta suerte. Mañana será otro día y, como decía mi abuela, verá el tuerto los espárragos.
En realidad, no copiaré ningún libro, sólo el método y el espíritu de trabajo.